El fracaso de los organismos internacionales

Soldados de la ONU

Soldados de la ONU

Es una reacción natural que los organismos internacionales revelen su verdadera naturaleza al ser expuestos a situaciones de dificultad. Todas las instituciones financieras como el IMF, BCE, BI, etc., todas las humanitarias, o que claman tener razones humanitarias, como la ONU, y las exclusivamente militares, tales como la OTAN, es en situaciones de crisis en las que se ve qué intereses son los que sirven.

Una y otra vez ha fracasado la ONU en sus “misiones de paz”. El último y estrepitoso fracaso ha sido en Siria, donde la masacre de Hula ya no puede ser escondida. Pero no es la primera vez, semejantes desastres ocurrieron en la guerra de los Balcanes y siguen ocurriendo en Cachemir; en China, al pueblo de los Uigur; en África, donde las guerras tribales se suceden; en Palestina, y muchos otros sitios. La comunidad internacional tampoco hizo nada por frenar la imperialista invasión de Afganistán e Iraq. Se puede argumentar que es imposible para ninguna organización evitar todos los desastres humanitarios, pero a la vista de tantos fracasos nos hace preguntarnos cuál es realmente el papel de la ONU y demás instituciones internacionales.

En cuanto a los bancos internacionales, hay que decir, ante todo, que son bancos como cualquier otro, con la peculiaridad de que en vez de prestar dinero a individuos lo hacen a estados. No son instituciones benéficas que acuden al rescate de los países en bancarrota (basta con echar un vistazo a esta entrevista a Christine Lagarde, gerente de IMF http://rebelion.org/noticia.php?id=150369) . Todo lo que prestan lo esperan recuperar con intereses. Por lo cual no hace preguntarnos por qué hemos de aceptar sus paquetes de reformas a cambio de nuestros servicios sociales y ahorros.

Pero ante todo la pregunta es: ¿por qué nadie busca una alternativa al sistema capitalista actual? Una alternativa real, en la que los fundamentos sean radicalmente distintos. Si consideramos los últimos ciento cincuenta años como un experimento social en la historia, nos daríamos cuenta de que ha habido muchos logros pero también muchos fracasos. Entre ellos, y el más escandaloso, el del sistema económico. Un sistema basado en la constante expansión numérica de una moneda sin valor intrínseco y en la deuda con intereses en un planeta en el que los recursos naturales son limitados tiene que estar naturalmente abocado al fracaso. Claro está, fracaso para la mayoría, que siempre es el triunfo para una disminuyente y elitista oligarquía.

Permítasenos, para terminar por hoy, proponer un símil al sistema financiero actual. Es como un edificio que ha sido construido mal desde los cimientos y que se resquebraja continuamente, está a punto de derrumbarse, y nosotros lo único que hacemos es darle manos de pintura y tapar las grietas que van apareciendo con masilla para que esté bonito. Pero sabemos que tarde o temprano el edifico se va a caer. ¿Por qué, entonces, no evacuamos el edificio antes de que se nos caiga encima y empezamos a construir otro con unos cimientos sólidos?