Ideales que se lleva el viento

Abrimos los principales periódicos esta mañana y nos encontramos casi atacados por una maraña de titulares que discurren ante nuestros ojos en un sinfín de cursivas, negritas y mayúsculas acompañadas de fotos impactantes.

Se habla de Siria, donde la guerra civil, que está teniendo lugar pero que a ningún país occidental le interesa reconocer, sigue cobrándose vidas inocentes; mientras, el régimen de un déspota es apoyado por Naciones Unidas. Pero es que claro, Irán está detrás, lo que conlleva un delicado equilibrio dado que hay una fina línea entre  Estados Unidos e Irán que nadie se atreve a cruzar. Mientras tanto su presidente no tiene otra ocurrencia que decir en plena campaña que apoya las bodas gais. Lo triste no es que Obama diga eso, sino que habiendo tantos otros asuntos de mucha mayor importancia se crea que lo que puede decidir una campaña es si el presidente apoya o no las bodas gais. Mientras tanto las grandes multinacionales juegan al domino con los recursos de un país que solía ser rico.

En España el gobierno ha decidido intervenir en Bankia, siguiendo el ejemplo de los E.E.U.U., y se habla de inyectar dinero público a los bancos en un tiempo en los que se están haciendo recortes en sanidad, educación y todo gasto público. O sea que los dos principales lemas que soportan el estado de bienestar se van al garete: la no intervención gubernamental en los mercados y las prestaciones públicas por los impuestos recogidos. Claro está que los bancos, dada su naturaleza engañosa, ayer decían que era una aberración que un gobierno interviniese en el mercado y hoy no hacen más que amenazar diciendo que si no se les da más dinero, todos nuestro sistema se desmorona. Lo que no se dan cuenta es que lo está haciendo ya, y por mí como si los bancos fuesen iglesias en la Francia de 1790, tendrían que aparecer cada mañana con algo más que pintadas.

Mientras tanto un policía se queja de que le insulten por llevar uniforme. Lo siento, no se te insulta por llevar uniforme, sino por la profesión que has elegido como defensor de las leyes impuestas por un estado que clama ser el defensor del pueblo pero que hace mas esfuerzo por apoyar a Repsol en el asunto de YPF y por apoyar a los bancos que por defender los interese de las personas. Estamos seguros de que tú no lo pensaste así cuando te presentaste a las oposiciones, sino como una oportunidad de empleo fijo con sueldo seguro y defendiendo grandes ideales.

Esos grandes ideales hoy se han esfumado, se han perdido en el nubarrón de la crisis, y nos hemos dado cuenta de que siempre fueros eso, palabras que se lleva el viento cuando no hay dinero, y como el Estado nunca tuvo dinero, sino que se lo pidió prestado a los bancos, pues esos ideales nunca fueron verdad.